La cirugía ortognática corrige las alteraciones maxilo-mandibulares mediante una intervención quirúrgica. Puesto que la cirugía se realiza dentro de la boca, no quedan marcas visibles.
Esta intervención se lleva a cabo en adolescentes o adultos que tienen una alteración esquelética con una maloclusión dentaria, un desajuste en sus maxilares con respecto a la base del cráneo (como un avance o retroceso mandibular y/o maxilar mayor o menor de lo normal, una compresión grave del maxilar, una desviación mandibular, etc.) En definitiva, anomalías que alteran el aspecto de la cara y la sonrisa del paciente.
Para corregir los problemas que mencionábamos anteriormente, es necesario un procedimiento interdisciplinar que combine un tratamiento de ortodoncia con una intervención de cirugía ortognática. Es, por tanto, un trabajo en equipo entre el ortodoncista y el cirujano maxilofacial, que se realiza siguiendo un plan consensuado entre ambos y se ejecuta de manera coordinada y secuenciada.
En primer lugar, el ortodoncista prepara los dientes hasta que alcanzan la posición adecuada, para que, posteriormente, el cirujano maxilofacial realice la cirugía de los maxilares. Una vez finalizada, el ortodoncista acaba de engranar los dientes en la correcta oclusión con otro tratamiento de ortodoncia.
Este tratamiento mejora el aspecto del paciente, así como la funcionalidad de los maxilares y los dientes. El principal objetivo a conseguir es una oclusión apropiada (la manera en la que los dientes del maxilar superior e inferior encajan) y una cara estéticamente agradable.
Los problemas que soluciona la cirugía ortognática son: